EL mensaje que recibo del texto y las viñetas es que con la globalización se pensó que se beneficiarían todos los países, que se eliminarían las diferencias entre ellos basándonos sobre el derecho a la igualdad y que se mejorarían las condiciones de vidas en los más desfavorecidos. Pero eso se ha quedado un sueño. Cuando pienso que para mi 1 euro es no tener nada y para una persona del tercer mundo es la posibilidad de dar de comer a su familia, comprar medicinas, educar sus niños, curar una enfermedad, me da mucha rabia de vivir en un mundo tan lleno de contradicciones. Los países menos desarrollados no tienen una calidad de vida similar a la nuestra y los intentos que los países desarrollados han hecho de disminuir estas diferencias no han cambiado las cosas. Mis conclusiones son que seguiremos con una riqueza mal distribuida; tendremos personas que se comen el mundo y dejan las limosnas para los otros; habrá siempre el empresario que aprovecha de sus empleados, vulnerables, asustados de perder o ser despedidos de sus trabajos; la madre de familia que trabaja mucho pero no puede permitirse comprar un par de zapatos y el adolescente q no trabaja y lleva a los pies zapatillas caras. Necesitaremos años si no siglos para que este mundo, que está fraccionado, sea unido y reine la igualdad para todos.